La tarta de queso es un postre clásico y delicioso que conquista los paladares de todos. Esta exquisita creación combina la suavidad y cremosidad del queso con una base crujiente y dulce. La mezcla perfecta entre el queso, los huevos, el azúcar y la vainilla crea una textura sedosa que se derrite en la boca.
TARTA DE QUESO
La base de galleta o masa añade un contraste irresistible de sabores y texturas. Puedes optar por una tarta de queso clásica o experimentar con variaciones como la tarta de queso con frutas, chocolate o caramelo. Sirve esta delicia en cualquier ocasión, desde reuniones familiares hasta cenas elegantes. Cada bocado te transportará a un mundo de sabor y placer.
La tarta de queso es un verdadero clásico que siempre deja una impresión duradera en quienes la prueban. ¡Descubre la magia de este postre emblemático y endulza tus momentos con una tarta de queso hecha con amor y pasión en tu propia cocina!
Ingredientes:
- 1 kg de queso crema a temperatura ambiente
- 300 g de azúcar
- 500 ml de nata para montar – nata líquida, crema para batir o crema de leche con un mínimo 35% de M.G.
- 5 huevos L – a temperatura ambiente
- 15 g de harina – o almidón de maíz (maizena)
Preparación:
1. Precalienta el horno a 210ºC con calor arriba y abajo sin ventilador (200ºC con ventilador) y prepara el molde con 2 papeles de horno solapados. Si tu molde es más bajo de 10 cm, el papel tiene que sobresalir para hacer de pared. Esta tarta es rústica, por lo que si el papel de queda con arrugas no pasa nada.
2. Con unas varillas eléctricas, a velocidad baja mezcla en un bol el queso crema con el azúcar. Añade la nata y bate hasta que la mezcla coja consistencia (ver notas). Añade los huevos y vuelve a batir hasta que queden integrados. Finalmente, tamiza la harina encima del bol e intégrala con la ayuda de una espátula haciendo movimientos envolventes. Si usas varillas manuales, ten en cuenta que puede ser que necesites pasar un rato cuando añadas la nata.
3. Vierte la masa en el molde y hornea en el nivel medio del horno durante unos 40 minutos si quieres un centro al punto. Si te gusta más hecho déjalo 50-60 minutos, si te gusta más líquido déjalo menos tiempo. En cualquier caso, es de esperar que el centro se mueva cuando saques la tarta del horno, se asentará mientras enfría y la tarta también bajará.
4. Saca la tarta del horno, déjala enfriar completamente (mientras se enfría, la tarta bajará y es lo esperado) y refrigera como mínimo 4 horas (hacerlo de un día para otro es lo ideal).
5. Cuando la vayas a servir, sácala una media hora antes de la nevera para llevarla a temperatura ambiente, despega el papel de horno de las paredes de la tarta y ¡a disfrutar!